La manifestación del pasado domingo en París contra el proyecto de “matrimonio gay” reunió varios centenares de miles de personas (entre 800.000 y 380.000 según distintas estimaciones); el evento con más participación ciudadana en temas sociales desde la defensa de la libertad de enseñanza en 1984.
Todos resaltan el aire sereno y festivo de esta demostración. Gente muy variada –también homosexuales molestos con el lobby LGBT, así como personas de la izquierda–, salió a la calle en defensa de una institución multisecular. Entre la marea de globos rosas, blancos y azules aparecían muchas consignas, como: “Un padre, una madre, es elemental”; “papás, mamás, a la calle descienden, el matrimonio defienden”; “todos nacidos de un hombre y una mujer”; o, en fin, alguno de fondo ideológico, como “queremos sexo, no género”.
El diario Le Monde dedicó un especial reportaje audiovisual a los testimonios de jóvenes manifestantes: “Entre el argumento de una unión contra natura y la oposición a la procreación médicamente asistida, pasando por la desacralización del matrimonio como institución, se ha expresado una juventud particularmente movilizada”.
Para una mayoría de ciudadanos, el proyecto aprobado por el Gobierno el pasado mes de noviembre, que equipara las parejas gay al matrimonio heterosexual y reconoce la adopción a favor de homosexuales, habría requerido un auténtico debate social, que no se ha producido.
Fuente: Aceprensa
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