Nunca es tarde del todo...

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Kate Allat sufrió un derrame cerebral a los 39 años. Pasó 10 días en coma tras el derrame, y aunque los médicos lo desconocían, era perfectamente consciente de lo que sucedía a su alrededor.

Los médicos "pensaban que estaba en estado vegetativo, pues no podía mover ningún músculo", pero Kate seguía allí, en una "pesadilla viviente" (el "síndrome del cautiverio" también llamado), pues escuchaba las discusiones del los médicos y sus familiares sobre desconectarla de la máquina de soporte, pensando que estaba muerta cerebralmente.

Existen otros casos similares a este, como el de Kate Adamson, que atestiguó que estar sin alimentación fue mucho peor que la operación con anestesia inadecuada que le provocó el coma del que creían que nunca iba a salir (y del que al final salió victoriosa).

De todo eso se podrían extraer unas ideas básicas:
  1. Un diagnóstico adecuado de inconsciencia, de coma irreversible, requiere meses, no días. Teniendo cuidado, porque determinadas decisiones no tienen vuelta atrás.
  2. Nunca hablar delante del paciente de cosas que podrían afectarle directamente y que no le gustaría, pues como hemos visto, podría estar perfectamente consciente mentalmente.


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