El pasado 18 de abril de 2011 se aprobó la nueva Constitución húngara y entrará en vigor el 1 de enero de 2012.
El preámbulo reconoce “el papel del cristianismo en la pervivencia de la nación”, y de ahí derivan todos los apartados que aparecen a continuación.
El texto considera “que la base de la existencia humana es la dignidad humana”, que “la familia y la nación constituyen el marco principal de nuestra convivencia y que nuestros valores fundamentales son la fidelidad, la fe y el amor”.
Para esto, la Constitución húngara establece que el Estado protegerá “la institución del matrimonio como una comunidad de vida entre un hombre y una mujer y la institución de la familia”, lo que supondrá una protección particular por su función esencial en salvaguardar y continuar la sociedad.
Por otro lado también defiende que “la vida del feto deberá ser protegida desde el momento de la concepción”.
Fuente: Aceprensa
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